lunes, mayo 31, 2010

El sentido de la vida



En la película “Guía del autostopista galáctico” (The hitchhiker's guide to the galaxy), una gente construye un gigantesco ordenador para que desvele el sentido de la vida y después de años de cálculos, el resultado fue exactamente 42. En medio del estupor general, la misma maquina aconseja construir otro superordenador mucho mas grande para que resuelva la enigmática cifra. Es una buena parodia sobre la ciencia, de cómo la búsqueda de respuestas, a menudo plantea mas cuestiones de las que resuelve.

En la actualidad, la esencia de la realidad, es más etérea que nunca. De hace unos cientos de años para acá, la física demostraba que las cosas caen por su propio peso y el átomo era realmente la ultima partícula indivisible, la ciencia aportaba un suelo firme sobre el que pisar y hasta hace poco todo el mundo vivía confiado en que las cosas son como son por que no podrían ser de otra forma. Antes de todo esto, antes incluso del triunfo del cientifismo, antes del universo mecánico, la gente estaba convencida de que todo cuanto existe es obra de tal o cual dios, lo cual al menos, si no se tienen inquietudes intelectuales, eliminaba automáticamente cualquier quebradero de cabeza.

Hoy en día sin embargo, la extraña dinámica de los quarks, la decoherencia entre las leyes de la relatividad y la mecánica cuantica, el descubrimiento de enormes cantidades de materia oscura, el nuevo concepto de energía oscura, el escurridizo boson de Higgs, la teoría M y otros súper dilemas, perturban y mantienen dividida a la comunidad científica, por lo que acaban de poner en marcha el mayor instrumento científico de todos los tiempos, el enorme acelerador de partículas o gran colisionador de hadrones (LHC), aunque hasta que empiece a dar resultados, entre tanto, aunque hay quien asegura que nos acarreará el fin del mundo, los auténticos investigadores siguen devanándose los sesos con teorías sobre universos de dimensiones múltiples, plagadas de branas, navajas de Occam y horizontes de sucesos.

Para poder preguntarse por el sentido de la vida, para averiguar cual es el propósito de la existencia, por supuesto hay que conocer primero en que consiste la vida, para lo cual por lo general basta con estar vivo. En nuestro caso, como seres humanos, si no hay un propósito mas allá de la devastación, que de momento es lo que mejor se nos da, la cuestión queda zanjada y los big bang solo son eso, intempestivas deflagraciónes absolutamente espontáneas, de las que somos un resultado aleatorio, una brusca aparición inopinada de consciencia; pero si hay un propósito, si hay una razón para que exista el cosmos y nosotros mismos con el, ignoramos aun cual es, por lo que sigue siendo obligatorio descubrirlo. Obviando cualquier propósito, en todo caso si debe haber una causa y en ello están ocupados un buen numero de investigadores, entre los cuales algunos barajan la posibilidad de que el universo se estuviera colapsando en el momento critico de la deflagración, retomando la vieja teoría del universo oscilante, frente a los adeptos a la Teoría M y sus p-branas con los que pretenden explicar el fenómeno de la decoherencia y el entrelazamiento de las partículas a escala subatómica, entre otras virguerías microcósmicas y que es en realidad la actual candidata a convertirse en la Teoría de Todo.

Las implicaciones filosóficas derivadas de la mecánica cuantica son impresionantes y reveladoras, el mundo, cualquier cosa, es solo un puñado de casi nada, un cúmulo de interacciones, laberintos de partículas que se comportan como ondas y viceversa, que poseen para colmo la capacidad de aparecer y desaparecer a través de otras dimensiones de forma instantánea, como si para ellas el tiempo y el espacio no significaran nada, de manera que pueden estar ahí o no e incluso las dos cosas a la vez, por mas que se busca la materia de la que esta constituida la realidad, solo se encuentra que hay mucho mas espacio vacío del que se esperaba y que lo que consideramos materia tangible, aquello que somos capaces de ver y tocar son en realidad solo nubes de electrones, interactuando permanentemente con la luz, con el aire.

¿Qué dice la filosofia?, es evidente que estoy dejando deliberadamente a un lado, todo ese cúmulo de especulaciones que se han venido amontonando desde el origen de los tiempos, fruto de los esfuerzos del ser humano, sin mas herramientas que la observación y el pensamiento, por resolver el enigma de la existencia. Prescindo porque en la actualidad la tecnología provee de algunos instrumentos como la Imagen por Resonancia Magnética Funcional (IRMf) en el campo de la neurología, que permiten un mayor acercamiento a la esencia del ser, si bien aun no estamos en este sentido en el punto en que el telescopio transformó la Astrología en Astronomía, puede decirse que a estas alturas, ya dominamos el astrolabio, de tal manera que los filósofos de corte clasico, se están quedando atrás frente a los nuevos neuro-filósofos y psico-científicos que aun experimentalmente, actualmente están siendo capaces de traducir al lenguaje electroquímico, nuestros propios pensamientos.

La existencia, es tan efímera y frágil que puede parecer casi un accidente, una consecuencia colateral del impulso sexual, además es un hecho impuesto, nadie puede elegir si o cuando o en que condiciones nacer, sin embargo aunque esto presupone alguna función cósmica que se nos escapa, todos somos enviados a combatir en un frente inventado por otros, a representar un papel en un deplorable escenario heredado, manejado por oscuros tramoyistas que pretenden hacernos creer que saben lo que hacen, de manera que de algún modo, estamos condenados a ser felices.

El concepto de la existencia esta resultando mucho mas complejo de lo que en principio aparenta ser. Poseemos unos sentidos que están modulados solo en función de unas necesidades determinadas, vemos un estrecho margen muy especifico de la totalidad de colores del espectro cromático, oímos solo una determinada franja de la banda de frecuencias sonoras y así con el resto de nuestros sentidos, de hecho el mundo tal como es percibido por el resto de los seres vivientes, difiere bastante del nuestro, puesto que sus sentidos están modulados para percibir el entorno en función de sus posibilidades físicas y sus necesidades vitales particulares, incluso dentro de una misma especie, cada individuo obtiene una imagen de la realidad en la medida de sus capacidades, que puede ser muy diferente de la de otro cualquiera, pues bien, así como se perciba el universo, existen otras dimensiones, otros universos y aunque de momento solo pueden ser visualizados matemáticamente puede que nuestro todo no sea mas que una fracción de un Todo mucho mayor que es completamente ajeno a nuestros sentidos, en el común de los casos, excepción hecha de algunos monjes tibetanos y los consumidores de ayahuasca .


el gato de Schrödinger (I)

el gato de Schrödinger (II)