jueves, julio 08, 2010

El Mundial



Sin duda, debo ser alienígena. Uno de esos que ni siquiera saben que lo son, el resultado de algún experimento secreto, donde intensivos lavados de cerebro me han permitido vivir y entremezclarme con los humanos. O eso o el resto del mundo está loco. En cualquier caso no puedo imaginar que clase de espectáculo seria necesario montar para que la lucha por los derechos humanos por ejemplo, obtuviera una respuesta popular tan sonora y contundente como la que se consigue cuando se gana la semifinal del mundial de futbol.
Haría falta un gran apoyo mediático, para que el mundo entero se emocione con los gestos, en primer plano y a cámara lenta de mas de un empresario o especulador financiero esposado y en el banquillo de los acusados de un tribunal. A quien vamos a engañar, cuando en televisión se trata de la igualdad, de los derechos sociales o el equilibrio económico, se obtienen audiencias equivalentes a los de la retransmisión de un partido de segunda regional como mucho.
Haría falta también mucho dinero, que en el caso del mundial actual, sale del bolsillo de todos, como en el caso de la inminente visita del Papa, invitado por un grupo de empresarios locales, evento en el que el ochenta por ciento de los gastos correrán a cargo del erario publico. Sin embargo la crisis económica se manifiesta solo cuando hablamos de estabilidad laboral o de justicia social, en estas ocasiones el dinero tiene dueño, es suyo. Recuerdo haber oído en la tele el sarcasmo “los beneficios son privados, pero las perdidas son publicas”, lo cual sintetiza bastante bien la situación tan absurda en la que nos encontramos, sin embargo ni este lucido alegato ni el de Michael Moore en su película “Capitalism: a love story”, van a obtener un eco en absoluto comparable, al de una semifinal.
Vi el partido, ambos equipos jugaron muy bien, estuvo muy animado, cualquiera de ellos mereció ganar, ya está, que bien, que bonito. Pero no lo encuentro tan estimulante como para perder el sentido de la realidad, es un juego y un negocio, nada mas. Puedo entender, se lo que es la pasión, no es algo racional y puede ser incontrolable, en realidad lo que me fastidia es sencillamente ignorar porqué asuntos mas profundos no levantan la misma expectación.
Como consecuencia del resultado trivial de un partido de futbol, se dislocó significativamente el orden público, se produjeron accidentes de tráfico, infartos, apoplejías y con toda seguridad algún coma etílico, sin embargo ningún medio de comunicación ha dado cifras, porque no ha habido ninguna valoración negativa y mucho menos económica. Curiosamente, si un caos semejante se hubiera apoderado de la ciudad por motivos más relevantes, más reivindicativos, habrían actuado los antidisturbios y al día siguiente habría sido sistemáticamente demonizado por los medios.
En definitiva los alienígenas existen y están aquí, yo soy uno de ellos.