sábado, octubre 01, 2011

Probabilidades

Bandadas de gaviotas y otras aves pasaban diariamente sobre la misma hora por encima del tejado de mi casa, al anochecer, a veces en columna, todas en la misma dirección. Por las noticias, el mundo entero conoció la catástrofe de Fukushima en Japón, el movimiento de la corteza que provocó el fatídico tsunami y volteo unos grados el eje terrestre. Los pájaros pasan ahora por encima de la casa del vecino, sesenta o setenta metros mas allá.

Todo está en movimiento, aunque prefiramos ignorarlo. De hecho nos envuelve desde el interior a pesar de que tenemos la impresión de estar quietos por ejemplo cuando estamos “parados” en un semáforo, pero evidentemente esto es solo eso una impresión; a nuestro alrededor vehículos y viandantes fluyen y en nuestro interior, determinados órganos descargan sustancias en el torrente sanguíneo impulsados por los demasiado a menudo monótonos movimientos mecánicos de la mente, todo sin tener en cuenta que la Tierra y todo cuanto contiene se mueve en el espacio a la disparatada velocidad de 30 km por segundo, una barbaridad si la comparamos los insignificantes 350 m/s de una bala. Visto así la paz es más que nada un estado de ánimo. La memoria tampoco es algo estático, no es como el disco duro de un PC, no es un archivo o un almacén, es un proceso mental reconstructivo, nunca obtendremos copias exactas de lo que una vez fue ya que desde ese mismo momento, pasó a ser automáticamente deconstruido, en determinado numero de aspectos que son encriptados por separado en distintas áreas del cerebro. Cuando recordamos, todos los ingredientes necesarios para componer el recuerdo son selectivamente recolectados y combinados como un coctel, abundantemente aderezado con nuestro estado emocional y gastrointestinal, en ese momento particular y por tanto no parece aconsejable fiarse demasiado de nuestros recuerdos. Y es que el cerebro nos engaña constantemente, no solo a través de nuestros sentidos, sino que al mismo tiempo trabaja subrepticiamente en un segundo plano, que para respirar esta muy bien, pero por otra parte le hace responsable de que, por ejemplo, nuestro cuerpo acumule grasa innecesaria, respondiendo a opacos protocolos de supervivencia, es decir dando prioridad a la facultad de disponer de reservas en detrimento de la autoestima, sin tener en cuenta de ninguna manera nuestra opinión al respecto o ¿Qué pasa con el dolor? se supone que es solo una señal de alarma, pero no deja de sonar a pesar de que ya nos hayamos dado cuenta del daño. A pesar de todo el cerebro es la única herramienta que poseemos para discernir la realidad. Y la información, siempre se ha achacado que los males del mundo vienen de la ignorancia, de la falta de información, pero las cosas no han cambiado así que debe ser que preferimos no saber, hay cosas mucho mas divertidas.

A menudo llamamos realidad a todo lo que es visible, sin embargo en el universo la cantidad de materia que es susceptible de ser afectada de alguna manera por la luz, representa solo un poco mas del 5% del total de la materia existente, por lo que todo aquello a lo que habitualmente damos importancia, representa en la practica un hecho bastante anodino, pero la vida, entendida como un concepto abstracto, ciertamente tiene valor, escaso en términos cuantitativos, pero muy significativo probabilisticamente hablando. Algunos investigadores están extrayendo conclusiones de sus descubrimientos y a estas alturas no existe ninguna duda en que todo esta interconectado a escala subatómica y forma parte de algo que esta por definir. El caso es que lo que llamamos habitualmente realidad, es sencillamente el resultado de una intrincada maraña de interacciones protagonizadas por fantasmales probabilidades de distintas funciones de onda; en estos momentos los científicos han prácticamente abandonado la esperanza de encontrar esa partícula que dotaría de masa a la materia, el hipotético boson de Higgs, después de haber analizado infructuosamente el 95% de las partículas obtenidas en el Tavatron del Fermilab de Chicago tras veinticinco años de trabajo continuado. Nuestra sociedad materialista, nosotros mismos, hemos olvidado lo que las tribus que llamamos “primitivas” intuyen, la nocion de formar uno con la naturaleza y el todo. En muchos aspectos es la base de la magia tradicional, de lo que ahora entendemos como “chamanismo”, la brujería de toda la vida y que es posible rastrear hasta los sortilegios y rituales ctonicos de las culturas del Holoceno. La intuición es un fenómeno mental estudiado insuficientemente.



En el planeta, a diario, una buena parte de la humanidad desaparece temporalmente de la circulación, mientras el resto se afana. El sueño nos roba la tercera parte de nuestra vida. Preferimos con tenacidad ignorar que la vida y la muerte pueden ser caras de una misma moneda; a escala molecular, un instante tras otro, imperceptiblemente morimos y volvemos a nacer de alguna manera porque nuestras células se renuevan constantemente a lo largo de la vida cantidad de veces, pero claro, todos preferimos ausentarnos de manera definitiva mas después que antes, al contrario que en muchos otros aspectos de la vida, en los que queremos todo para ayer. En cualquier caso, el hecho es que vivimos de espaldas a la muerte y concentramos nuestros esfuerzos en lo que nuestros sentidos nos muestran, aceptamos esa imagen como lo que es real y luego la esgrimimos osadamente frente a la autentica realidad general. Nuestros ojos humanos nos dicen que el color existe, aunque es solo un efecto de la interacción de la luz con la superficie de alguna cosa, y es nuestro cerebro quien lo califica, lo que no quiere decir necesariamente que sea el color real, otros seres vivos pueden percibir esa información lumínica de distinta forma. Tenemos mucho que aprender de los seres vivos, no solo la forma de comérnoslos. Los investigadores nos dicen hoy que la probabilidad refleja mejor la realidad que la certeza y que el hecho de observar determina el resultado. Esto es muy difícil de entender aun por la mayoría de nosotros actualmente, por lo que no repercute de ninguna manera en nuestras vidas o en la sociedad, a pesar de que fue sobre los años veinte del siglo pasado cuando se rumiaron todas estas cosas, si no antes incluso. Esto mismo ha ocurrido muchas veces, en tiempos de Galileo se creía en Aristóteles y en la actualidad aun estamos con Newton. Tardamos en actualizar nuestro software, nos mantenemos remisos a abandonar viejos patrones y dogmas.


El misterio aun no dilucidado de la doble rendija, ha conducido a generaciones de científicos hasta la idea de que la acción de observar, determina el resultado de la observación, técnicamente esto fue descrito por Schrodinger con la formula:
Y tios, nos hace falta un nuevo Carl Sagan que nos lo ponga mas fácil, baste saber que el algoritmo fue en cierto modo “perfeccionado” por Paul Dirac:
Paradójicamente estos conceptos y otros dependen del limite establecido por Einstein, la premisa “nada puede viajar mas rápido que la luz” y muy recientemente parece haberse probado que unas partículas llamadas neutrinos pueden viajar por encima de la velocidad de la luz, claro que antes de empezar a hablar de viajes en el tiempo, habrá que corroborar los resultados de las mediciones, revisar los equipos de medida y todas esas zarandajas, que parece cosa de frikis pero es lo bueno de la ciencia, no se da nada por sentado así como así. Existen libros donde uno espera encontrar una información mas completa sobre todo esto, como seguramente el escrito con el sugerente titulo “El camino a la realidad” de Roger Penrose, pero que no recomiendo a nadie que no sea un iniciado en el críptico lenguaje de la física actual, me remito para decir esto a este enlace  y porque además estoy releyendo un libro anterior del mismo autor, “La nueva mente del emperador” una obra supuestamente menos árida y amigable, del que sinceramente dudo que sea capaz de entender apenas nada en un futuro próximo. A pesar de todo, las formulas matemáticas no carecen de belleza, pero claro está lo importante no es esto, sino que sean capaces de responder a las expectativas y asimismo predecir fenómenos, aun antes de haber sido observados y que a partir de ese momento entran en el laboratorio. Esta dinámica confiere a los científicos una capacidad de certidumbre muy amplia y lo que nos están diciendo ahora mismo es asombroso, algo así como que entre la dualidad “camino” y “realidad”, hay mas de “camino” que de “realidad”, cabe entonces en este punto preguntarse ¿acaba realmente el “camino” al morir?, piensen ustedes mismos.  

“Si, cuando piensa sobre la totalidad, la considera constituida por fragmentos independientes, su mente tenderá a trabajar de este mismo modo, pero, si puede incluir las cosas, de una forma coherente y armoniosa, en un todo global que es continuo, no fragmentado, y sin frontera alguna (porque toda frontera es una división o ruptura), entonces su mente tenderá a moverse de un modo similar y fluirá de ella una acción coherente con el todo.” David Bohm (La Totalidad y el Orden Implicado). Nada menos.