miércoles, abril 04, 2012

Sumerios



Los sumerios eran unos recién llegados, un grupo reducido y homogéneo, se ha especulado con la cifra de trescientos y al contrario de lo hubiera podido esperarse, no solo no fueron aniquilados sino  que su cultura se superpuso sobre la de las poblaciones protoeufraticas ya existentes en la zona, por lo que algunos les suponen una agresividad que no tiene fundamento arqueológico alguno. En realidad todos las gentes atestiguadas en la zona eran forasteros, unos habían llegado antes, otros después y esto es así por una sencilla razón, toda la orografía de la zona era un inmenso y fértil aluvión dejado por un único y gigantesco río fruto del deshielo del que solo quedan los comparativamente escuálidos cauces del Tigris y el Eufrates.

“Los cabezas negras” (sag-gi), es como a menudo son mencionados en los textos,  no podemos saber con precisión si esto es así porque los que ya estaban allí no tenían el mismo color de pelo, por otra parte los sumerios paradójicamente siempre se representaban a si mismos sin pelo, en época temprana, sea como sea sabemos de su presencia al menos a partir de mediados del IV milenio. El hecho de que el idioma sumerio se encuentre sembrado de préstamos protoeufraticos, indoeuropeos y acadios principalmente, denota la existencia de un contacto entre estos distintos pueblos, previo a la proliferación de la escritura.

Cada vez con mas frecuencia se suelen presentar separados los dos acontecimientos mas significativos de la época y el lugar, de los que tenemos constancia, por un lado el renacer de las ciudades en virtud del desarrollo de la agricultura intensiva de regadío, puesto que involucraba la movilización de abundante mano de obra y por otro lado la llegada de los sumerios, cosa que hasta hace poco solían considerarse estrechamente vinculadas, en cualquier caso la aportación mas destacada de este pueblo es sin duda el desarrollo de la escritura, que si bien era ya una idea bastante generalizada, puesto que es posible distinguir, por las mismas fechas, en distintas partes del mundo, varios focos donde se esbozaron los rudimentos de la escritura, los sumerios sin embargo parecen haber sido los primeros en hacer un uso intensivo de esta practica, lo que les permitió dar el salto del mero calculo y  redacción de albaranes o listados, a los manuales, a la prosa y la poesía, una sofisticación sin igual, con excepción del propio descubrimiento del lenguaje hablado.

Sabemos, siempre a través de sus propias leyendas, que llegaron por mar de otra ciudad, “Urululla”, ‘la ciudad de otro tiempo’, un lugar lejano si tenemos en cuenta  que el acerbo genético de este pueblo se diluyó rápidamente en favor de acadios y  arameos sin que nunca llegaran a arribar  a aquel lugar nuevos inmigrantes de la misma etnia, ni volvieran jamás a tomar contacto alguno con su mundo de origen. Sin embargo su cultura, costumbres y creencias perduraron a través de los siglos, todavía hoy contamos los huevos por docenas y dividimos el tiempo sexagesimalmente.
El hecho de que arribaran por mar no quiere decir que fueran un pueblo eminentemente marinero, muy al contrario no hay demasiados testimonios de grandes embarcaciones y los sellos sumerios, al igual que los del Valle del Indo suelen representar fieras, animales mitológicos, bueyes y cabras de todo tipo, no muy comunes en el mar. Tampoco da la impresión de que fueran ganaderos ni agricultores, aunque apreciaban mucho la comida y la cerveza, para mi que eran simplemente urbanitas.

Vinieran de donde vinieran, la primera ciudad sumeria fue Eridu, donde el dios Enki estableció su residencia, una deslumbrante casa hecha de plata y lapislázuli que bramaba día y noche. No es raro encontrar en los himnos, alusiones al estruendo producían las resplandecientes casas de los dioses, que lo mismo se ponían a hablar a grandes voces, a cantar o emitían ruidos y zumbidos ensordecedores, casi como si tuvieran una radio conectada a un gran altavoz y alguien estuviera moviendo el dial. Esto es raro porque precisamente el jefe de los dioses, Enlil, era muy quisquilloso con el tema de los ruidos a la hora de dormir, motivo por el cual organizó varios intentos de exterminio contra la humanidad.


  A partir del pictograma de la ciudad de Eridú, parecido a un poste o una antena, los fanáticos de Ancient Aliens seguramente deducirán claros indicios de su origen extraterrestre, pero lo cierto es que podemos intuir bien poco. El problema es que tenemos tres silabas para un solo signo que para colmo, desde III milenio se lee tanto “nun” que quiere decir ‘ príncipe’  como “Eridu” en sumerio, pero la cosa se complica aun más si tenemos en cuenta recientes estudios que identifican la palabra como de origen protoeufratico en cuyo caso se leería “agargara” que significa ‘pescado’. Sin embargo en el caso de que Eridu fuese una palabra netamente sumeria, sería del tipo V.CV.CV es decir E-ri-du, donde  “e”  es ‘casa’ o ‘templo’, “ri” significaría ‘lejos’ y  “du” quiere decir ‘construir’, de lo que puede interpretarse “ la casa construida en la lejanía” o “la casa lejana”, pura especulación aunque para ser el nombre de la primera ciudad edificada por un pueblo extranjero parece sin duda apropiado, por otra parte a decir verdad, el dios Enki fundó Eridu en un cañaveral pantanoso que según la leyenda saneó y literalmente llenó de protoeufraticos peces.

Se han recuperado un buen montón de estatuillas votivas sumerias que nos dejan ver algunas particularidades de estas gentes, como la eterna falda de vellón de lana sin hilar o "kaunakes".



Los místicos de la Ariedad interpretan el uso de la azurita para las pupilas de los ojos, como una señal para su filiación étnica, aunque dudo mucho que este argumento explique el empleo de la misma piedra azul para los pezones.
 Es muy curioso el gusto de los sumerios por remarcarse la única ceja, haciendo incluso una incisión en la talla para incrustarla, un rasgo distintivo, que nos habla de un canon de belleza evidentemente distinto del actual. Muy habitual por el contrario era la costumbre de pintarse los bordes de los ojos, tanto en Mesopotamia como en Egipto, donde eran frecuentes las conjuntivitis a causa del polvo por lo que existe la posibilidad de que esta practica tuviera una fin emoliente, para calmar o prevenir la irritación, explicación que quizás tranquilice a aquellos que necesiten reforzar su sexualidad, pero lo mas probable es que simplemente les gustase.
 La mirada exageradamente atenta, el gesto de las manos y la posición relativa de estas con respecto a los codos son la norma en estas estatuillas votivas y en la mayoría de las representaciones graficas.

 
El estilo de vida de este pueblo estaba absolutamente polarizado por los templos, en todos los sentidos y en todos los ámbitos de la existencia. Todo cuanto tiene que ver con la religión al parecer es profundamente sumerio, pero también la administración y la diplomacia. Es posible que los paleo acadios que fueron llegando en sucesivas oleadas, se integraran en esta estructura como colonos y dentro de los cuadros militares, exactamente como mucho mas tarde ocurriría en Roma con los Godos germanos, quienes a la postre acabarían romanizándose y tomando el poder. Fuera como fuese desde muy pronto los acadios se adaptaron al sistema de la ciudad sumeria y su vocabulario se llenó de términos sumerios, sus dioses se integraron  sin problemas en la liturgia, abandonando en definitiva su antigua forma de vida tal vez de ganaderos nómadas y traficantes, para caer bajo el embrujo de la opulencia y el esplendor de la sociedad sumeria.

Así es, los sumerios, concretamente la casta sacerdotal, eran enormemente ricos en virtud de las contribuciones en especie de los lugareños, absolutamente desproporcionadas para satisfacer las exigencias del mero culto a los dioses, a tenor de las cifras que nos han llegado, por lo que parece evidente que los sacerdotes debían hacer quizas un cuestionable uso comercial de las ingentes cantidades de todo tipo de ganado, productos agrícolas y demás que se iban acumulando. La contrapartida era el espectáculo litúrgico, las interminables festividades, las procesiones durante las que se sacaban a pasear las engalanadas imágenes de los dioses, autenticas romerías que arrastraban a las multitudes extasiadas por el derroche de fasto, incienso, música, danza, comida y cantidad de cerveza.

La monarquía colaboraba estrechamente con el clero, casi podría decirse que estaba a su servicio, de hecho y por ejemplo una de las principales obligaciones de los reyes era construir y conservar los recintos sagrados, si bien contaban con una legión de asistentes, un extravagante funcionariado creado para satisfacer sus necesidades hasta los menores caprichos. Asimismo la casta sacerdotal estaba muy especializada y diversificada: había sacerdotes-gala, sacerdotes-sanga, sacerdotes-nar y muchos otros cuyas funciones específicas en la mayoría de los casos es una incógnita, aunque eventualmente los encontremos, en los textos y las imágenes, sirviéndole copas a las estatuas de los dioses, enteramente desnudos, entonando cantos y tocando instrumentos musicales. Con la semitización o acadizacion si se quiere, estas practicas se “civilizaron” ligeramente sin que variara básicamente su estructura.

El “ses-gal”  literalmente el “Gran Hermano” era un titulo de gran autoridad jerárquica, en manos de, por así decirlo, los maestros especialistas, como el “Gran Hermano de la casa de los escribas”  y otros,  alguno de los cuales solía encargarse de determinados rituales durante algunas de las innumerables fiestas litúrgicas que salpicaban el año, en ocasiones de gran solemnidad como la celebración del Año Nuevo, que se desarrollaba a lo largo de los doce primeros días del mes de Nisán, con una serie de actos programados, uno de los cuales, resulta significativo y dice mucho de las estrechas relaciones, excepcionalmente curiosas entre la religión y el estado, en aquel entonces.  El día 5 de Nisán, el “Gran Hermano” en presencia de la imagen del Dios despojaba de las insignias reales al rey, lo abofeteaba y le tiraba de las orejas obligándole a arrodillarse para que jurara que no había hecho nada malo,  ni destruido la ciudad de Babilonia ni nada (¿acaso destruir Babilonia era algo habitual?) , una vez realizado el juramento, el “Gran Hermano” lo bendecía y devolvía los atributos de la realeza, para volver a abofetearlo de nuevo, esta vez con un fin adivinatorio: si se le saltaban las lagrimas es que el Dios estaba bien dispuesto hacia el rey, si no había que inmolar a un buey. Extraños tiempos en los que alguien no solo podía, sino que era de rigor hostiar al rey, al menos una vez al año.




Ud-13-kam lugal
Lugal-da-lu
e-sar.

Es el dia 13 (del) rey
Lugaldalu
(en) la casa (de) los escribas.(el Eshar era el templo de Inanna en Adab)

               (traducido por Nudimmud2012)