lunes, octubre 15, 2012

Tartessos: La cuestion del carambolo






Últimamente se pretende negar la relevancia de uno de tantos pueblos que no pudieron llegar a ser, frustrado su desarrollo por la invasión de otros pueblos más avanzados tecnológicamente y con mas historia a sus espaldas. Prácticamente lo poco que se conserva de este pueblo olvidado quiere ahora atribuirse exclusivamente a los fenicios.
 No he sido capaz de encontrar grandes muestras de la orfebrería fenicia, que por otra parte se especializó principalmente en la manufactura de imitaciones egipcias y mesopotámicas. Además los sacerdotes fenicios, al igual que los egipcios no usaban ningún tipo de ornamentación, al menos nada parecido al conjunto de piezas del tesoro del carambolo, sus hábitos eran bastante sencillos.
 Otros intentan transmutar este ajuar en ostentosos arreos de un buey sacrificial pero es un supuesto algo rebuscado. Por todo esto no entiendo porque hay que renunciar a la definición clásica de “tartésico orientalizante”, es innegable la influencia fenicia en la zona, de ahí lo de “orientalizante”, pero lo cierto es que no se ha encontrado en ninguna parte del vasto mundo fenicio, nada parecido al hallazgo de la localidad de Camas, por lo que me parece prematuro obviar la existencia de Tartessos.
Se  presupone además al pueblo tartésico un filo helenismo que representa en la práctica una actitud antagónica frente a la presencia fenicia. El interés demostrado por Argantonio en buscar una alianza con el mundo griego, a pesar de los defectos del texto de Herodoto, parecen incidir en la posibilidad de la existencia de una rivalidad entre tartesios y fenicios, un reflejo del temor de los primeros ante la creciente presencia de los segundos. Como curiosidad lingüística quiero añadir que los sufijos  –essos, -assos, han sido identificados por los lingüistas con topónimos pre-griegos, de la península balcánica, presumiblemente pelásgicos, que pasaron a la lengua griega después que estos invadieran la zona, aunque el nombre probablemente derive originalmente del semítico Tarsis, a pesar de la oposición de un buen numero de especialistas que gustan de situar la Tarsis bíblica en el Indico o incluso en África. 


En un momento dado, los reveses recibidos por los griegos en sus guerras contra los persas, alejaron a los helenos de las columnas de Hércules, momento que tal vez aprovecharon los fenicios para afianzar su influencia en Tartessos, aplastando la eventual resistencia de los autóctonos y plantando templos fenicios en los alrededores si no directamente encima de los lugares sagrados tartésicos, practica que ha sido de uso común en distintos lugares y epocas.

La teoría de que se trata de los ornamentos de un buey seria factible si no fuera por el collar de los sellos, que no encaja lo mires como lo mires. Este collar representa mas de lo que aparenta si bien sus significado y uso siguen siendo un enigma, esta claro que no es una simple joya, debía tener una utilidad y tal vez hubiera sido posible deducirla si lamentablemente no le faltase una pieza, aparentemente otro sello aunque no podemos saberlo con certeza, podría ser cualquier otra cosa.

Tal vez este misterioso colgante formaba parte de algún ritual y el carácter hermético de la combinación de símbolos, su posible significado se nos escapa o quizás eran utilizados para sellar contratos o acuerdos, normas o leyes, o tal vez contaban historias como las quipus incas, lo cierto es que solo tenemos un par de pistas de momento aparentemente inútiles, los patrones y los números, sujetas ambas a revisión hasta que aparezca el sello faltante o ¿puede deducirse su aspecto a partir de las combinaciones de los demás?. Ahí dejo el reto.

Hay distintos patrones combinados de una manera concreta fundamentada en los números  4 – 2 – 1:

En los asideros hay cuatro patrones de ondas, dos de círculos con un punto central y uno de rayas paralelas.

En los costados hay cuatro patrones de rayas en zigzag o triángulos, dos de círculos con un punto central y uno de ondas,.

Los sellos en si mismos, la base imprimible, tienen asimismo cuatro patrones de diseño cruciforme , dos de diseño algo distinto del anterior y uno completamente diferente:



Todo esto puede ser un galimatías derivado de la falta de imaginación del artista, aunque a mi no me lo parece, creo que quizás hay algún sentido olvidado en las distintas combinaciones de símbolos.

Sabemos muy poco de la efímera historia del pueblo tartésico, probablemente no era un grupo homogéneo, sino que estaba comprendido por distintos clanes que sin embargo compartían una lengua común, que aun no ha podido descifrarse. 





Tal vez la persona que portaba el collar y el resto de las piezas, era el jefe de unos supuestos ocho clanes, uno por cada sello, quien sabe. Hay constancia de que en algún momento de su historia poseyeron un ejército de mercenarios iberos asentados en los alrededores. No existe ninguna ciudad monumental, aunque si distintos poblamientos, lo que sostiene la teoría del grupo de clanes. Tal vez hubo una ciudad o un centro de culto, un punto de reunión que no ha podido ser encontrado. Todo lo que pudiera haber sobrevivido a los fenicios fue posteriormente desmantelado por sus primos africanos, los cartagineses.


No niego que los fenicios pudieran imbuir en los habitantes de la zona la idea de que la elaboración del metal a partir del mineral era algo mágico o místico y a la vez mas provechoso que la caza de conejos, era el petróleo de la época, al fin y al cabo ninguna de las múltiples guerras de aquellos tiempos hubieran sido posible sin el codiciado metal.