domingo, abril 30, 2017

La nada no es nada






Varias culturas antiguas se disputan el hecho de haber inventado el número cero, una herramienta necesaria para que las matemáticas funcionen. La cosa iba bien hasta que algunos discípulos de Pitágoras, que como geómetra era un fanático de los números enteros, descubrieron la existencia de números irracionales, con un infinito número de decimales, algo muy loco para la época, hubo muertos por ello. Más tarde, Newton consiguió levantar una imagen de un universo mecánico que se ha mantenido en pie hasta que Einstein empezó a zarandearla. La no tan moderna mecánica cuántica viene ahora a dinamitar la idea del vacío, del cero, de la nada, de manos de investigadores como David Tong, como se muestra en este corto video:




A David Bohm seguro que le habría encantado. Lo cierto es que la relatividad de Einstein explica solo el universo sensible y tiene poco o nada que hacer con la realidad que nuestros limitados sentidos no pueden percibir, eso de lo que todos estamos hechos; el fluctuante universo subatómico, saturado, repleto de campos electromagnéticos, gravitacionales, cuánticos, cada uno de ellos compuesto por partículas que siguen reglas diferentes de las de la física clásica…por eso se  inventó la mecánica cuántica. No es nada inusual, pasó con el cero, Newton tuvo que inventar el cálculo…
Heisenberg demostró contundentemente la validez de la mecánica cuántica con su famoso principio de incertidumbre: en el mundo macroscópico, no existe nada que impida conocer la posición y el momento(que es una valor que nos da la dirección y la velocidad) de una pelota en movimiento por ejemplo, en el mundo microscópico de la escala de Plank, esto no es asi; cuando se calcula la posición con un grado de indeterminación muy bajo, es decir, cuanto más precisa sea la medida, averiguar el momento de una partícula se vuelve altamente improbable y viceversa:
 


El profesor Walter Lewin lo explica magistralmente en este video, donde primero expone cuan lamentable es la imagen que todos tenemos del átomo con sus electrones orbitando en torno al núcleo a modo de sistema solar, y al final demuestra con un experimento las predicciones matemáticas de Heisenberg. El video es largo pero merece la pena, en cualquier caso es un hecho que el comportamiento de los electrones dentro de cualquier chip se rige por las leyes de la mecánica cuántica, lo que quiere decir que funciona, aunque aún nadie sepa muy bien porqué.
Como todos los investigadores anteriores, también los actuales están teniendo inconvenientes para demostrar sus teorías mediante experimentos, pero están en ello, al parecer ya han dado con la forma de soslayar el molesto principio de Heisenberg sin violarlo. Uno de los problemas más gordos es que los procesadores binarios normales petan cuando tienen que trabajar con cifras astronómicas, de ahí que estén dispuestos a construir procesadores cuánticos.  Andrew Pontzen lo explica amena y brevemente:





Sin embargo es posible que el mayor problema sea que hay demasiadas teorías derivadas de la mecánica cuántica, muchas incompatibles entre sí, de manera que algunos piensan que tal vez se podría hallar una forma más simple de explicar las observaciones. Terry Rudolph expone que tal vez haya que olvidarse de la visión antropocéntrica que nuestros sentidos de primate han creado de la realidad, para llegar a entenderla realmente, y para ilustrarlo muestra cómo algo así les pasaba a los astrónomos anteriores a Galileo, quienes se vieron obligados a elaborar un complejo sistema de malabares geométricos, bastante bonito todo sea dicho, a fin de que las mediciones cuadraran con las observaciones y las prescripciones de la religión, que exigía que la tierra debía estar en el centro del sistema solar…de todo el universo a decir verdad: 














          Antes de Galileo                                                                                      Despues de Galileo







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